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El exterior de la casa está cuidado y en sintonía con la decoración de su interior, varias mesas artesanales con ruedas de carro restauradas para sentarse a contemplar el paisaje, un hórreo típico de esta comarca completamente reformado para disfrutar a su sombra de una barbacoa, unas sidrinas o un buen vino de Cangas.
Los niños se lo pasan en grande, tienen columpios y distintas zonas ajardinadas, y lo que más les apasiona, los animales de la granja. En nuestra granja hay gallinas, conejos, vacas, cabras, burritos… Y en nuestra huerta familiar también pueden ver cómo cultivamos verduras y hortalizas. ¡Las vacaciones más divertidas siempre son las del pueblo!
El contacto con la naturaleza está totalmente asegurado. Desde nuestra casa puedes seguir caminos y sendas y perderte por sus riachuelos y sus colinas dando un agradable paseo y llenar tus pulmones de aire puro de la montaña.